Triste está el alma
triste lágrimas derrama,
al sentir la fuerza
inexistente de amor,
de aquellos que han amado
en tiempo de calma...
Triste está el alma
triste lágrimas derrama,
al sentir de palabras contagiadas,
de un corazón endurecido de amor
en la fuerza de dolor,
y en batallas de comprensión...
Triste está el alma
triste lágrimas derrama,
al sentir refugios
entre arbustos de la nada,
al no encajar entre luces
que alumbra los sombrajes...
Triste está el alma
pero triste cambia
cuando de amor
alcanza el alba.
Y triste cambia como el sol
caer en la tarde,
y en el amanecer levanta,
como de amor entre las gentes
aun entre oscuras nubes...
Autor: Lucia Pastor
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