Tímida la mañana en tocante preludio
ansiosa de secar escarchado nocturnal,
transitando las horas de manera gradual,
camina destellante a inventar interludio.
Se aleja disfrazada de piélago de infundio
cubriendo las tristezas de su escarpado erial
llenándose de miedos al tocar nuevo umbral
que lleva a tarde gris y la llovizna en gerundio
Se despide la tarde sin presagio de brillos
troncos yertos en claustro silente sin tenazas.
La luna, de la noche perdida...y los autillos.
Silencio, lluvia...frío, ceñidos al regreso
tediosa travesía aferrada a esperanzas
del nuevo amanecer...que se revela confeso.
Gisela Villarroel (gisell_v)