En el quirófano ya estuve nueve horas, no puedo contar, estaba anestesiada, al despertar vi mi vientre tapado con un enorme esparadrapo, media tonta así estuve un día. Otros tiempos aun había habitaciones en las residencias. Un mes he pasado allí, dolores las tuve e muchas, pero tenía una amiga que ya terminando el tiempo para dar a luz, iba todos los días bajo un calor ahogante a hacerme compañía.
Era joven tenia veinte e cuatro anos, no me he dado cuenta del peligro de vida en que estaba.
Pasando los anos, sin poner un bañador de dos piezas, con la cicatriz tremenda marcando mi cuerpo, no me he importado.
Vinieran nuevas técnicas de estética, pero nunca hice nada. Hoy pasando la mano por ella es como si fuera la apostilla de mi vida ya que no se ve las que tengo de mi caminar, en dolor, por la vida.
La que puedo ver no duele, pero las otras no puedo olvidarlas, porque el dolor no pasa.
Si miras a alguien desfigurado, te da pena, quien no la muestra sientes envidia, pues ves una persona perfecta en su físico, sin falta de dinero, con belleza e no sabes cuantas marcas su alma tiene.
Soy la persona agradable que a todos hago reír, mismo con mi edad dicen que soy guapa e elegante. Agradezco e lloro por dentro, como un payaso, representando en este inmenso escenario que es la vida.
Como yo habrá muchos, somos héroes sin medallas, desconocidos, solo una figura.
Cierto que me quejo mucho, mi revuelta es enorme, he perdido oh me han robado cosas que hacían parte de mí.
Manos pequeñitas que cabían dentro de las mías, crecieran e ahora me alejan como si nunca me hubieran querido.
Duele, si, mucho, pero es su voluntad, su sentir. Por eso intento vivir como puedo, buscar en ajenos lo que ya no tengo. Amor, cariño, ternura dulce, de unas manitas de niño.
Solitaria, ando rodeada de gente, sedienta en medio de la fuente de agua cristalina, hambrienta en medio de pan blanco e caliente saliendo del horno. Veinte e cuatro horas tiene el día e la noche, yo me siento viva menos de la mitad, pues el tiempo que alguien con toda su voluntad intenta llenar el vacío de no tener e no poder sujetar las manos de alguien que ya fue niño. No me lo puede dar.
Todo son momentos es un ir e venir, de la tristeza a la alegría, es un poco de luz en la oscuridad, calor en medio del hielo que me rodea, frescor suave en el sudor de tanto trabajar para todos, que se ahumarán en la niebla del olvido, del que he sido en sus vidas.
Un ático lleno de cosas de una vida, ropa, arreglos de navidad, juguetes centenares, metidos en baúles, cajones llenos de una mezcla de cosas que en su tiempo hicieran falta. Papeles con cuarenta o mas años, todo allí está. ¿Pregunto para qué? La vida no vuelve hacía tras, nunca mas serán usadas, en este tiempo, triste en que vivimos, en que en el súper las botellas de zumos, tienen un letrero, que dice “ contra el hambre” e que nos quita la voluntad de comprarlas e beber agua, Me molesta ver anuncios de juguetes, pobres Padres, sin dinero para comer cuanto mas para regalar una muñeca oh otra cosa, Los niños no entienden, es deshumano tanto anuncio, para ellos, solo van a provocar lagrimas a los pequeños tristes inocentes de la mal administración en Europa.
Treinta o cuarenta muñecas e su ropita, familias de conejitos, elefantes, pavos, osos, en miniatura, playmobiles un montón, perritos con pilas que andan e ladran, cunas de muñecas, ¡que ganas tengo de poner un anuncio e regalar a quien no tiene nada! No puedo, almas crudas insensibles, no dejan. De todo guardan, hasta que se pudra, egoísmo, que me lastima.
Poco falta para el veinte e cuatro de Diciembre, hago por no pensar, pero me retrae la voluntad de gastar dinero. Quizá si veo un niño mirando con esperanza algo. Si no es caro se lo regalo.
Ropa ya la tengo de parte para poner en el contenedor debido, seguro que no me hará falta, lo que se da vuelve a doblar. A las monjas que toman cuenta de mayores abandonados por la familia también ya esta una maleta con ropa para abrigar sus cuerpos gastados.
Otras cosas que pueda evitar comprar para mi, lo haré para quien no lo tiene. Ni es necesario buscar, avergonzados no piden, pero yo lo veo. Un poco que regale es algo.
Vuelvo atrás, si he quedado sin las manitas en las mías, que tanto amaba, muchas hay abiertas para recibir de mi un poco de ilusión e cariño. Es el ir e venir de la tristeza a la alegría. Así doy un poco de luz en la oscuridad de quien quería regalar algo e no puede.
Oporto, 8 de Noviembre de 2012.
Carminha Nieves
352