CARLOS ALBERTO BADARACCO

FEBRILES ENCUENTROS

 

 

 

 

Si en cada seño fruncido, Buenos Aires

 

te despiertas perdida entre nostalgias,

 

añorando aquel pasado ya olvidado

 

que renace como un idilio serpenteante.

 

Si es la luz de aquella estrella que  ilumina

 

la fuerza rutilante de un tímido encuentro

 

con el amor sosegado y sin penurias,

 

sumergido ardientemente en el pasado.

 

Si en cada estocada atroz de la existencia

 

renaces como queriendo guarecerme,

 

alimentando tu calor adolescente

 

que ha dibujado noches  indecentes

 

con dolientes pasos por el vicio y la lujuria.

 

A veces caigo enraizado en un dilema

 

y siempre te haces presente en mi memoria,

 

es esa luz que enarbola en tu presencia

 

la morada más sublime de mis horas.

 

Siempre allí, como ondeando cavilaciones,

 

precisando el motivo ferviente de quererte,

 

de amarte como a  mi madre que acaricia

 

la luz sublime de la ferviente residencia

 

que hoy arrastra mi existencia hasta la muerte.

 

 

CARLOS A. BADARACCO

13/11/12

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