En esta noche
amontonada como erizo
en el capilar injerto de mi cabello:
Las naranjas son agrias.
Su pulpa es un híbrido
entre el insomnio de un vaso
goteando las semillas,
y la pulsión de un sueño
con ese sabor maquiavélico
-al despertar-
La noche es un árbol
creciendo su raza
en las nieves solares
de un invernadero.
Las naranjas son verdes
ranitas felices lamiendo
-el sedentarismo-
de su estanco inmóvil
El tiempo nos madura
entonces la noche
es un conjunto de manos
abriendo una cajita
-suturada su contenido-
en colorantes.
Las naranjas son amarillas
No eran ranitas
Eran frutos menguando
En el sistema nómada
Del sedentarismo inmóvil.
La noche era una naranja
/girando/
en el caleidoscopio estacionario
de una canción