Almas que roen telas blancas en primaveras vecinas,
murieron entre fuego, neblinas de invierno.
Corrupción en los huesos,
maldad en la sangre,
dolor en las miradas,
venganza en las palabras.
Peleas campantes en mentes inseguras,
recuerdos que llegan en la penumbra,
almas compañeras de encierro.
Pobres de aquellos que yacen entre tinieblas,
solas son sus noches.
Como son las noches de largas y difusas,
como es el sol de certero
entre heridas abiertas.
Caminantes con cadenas más grandes que sonrisas,
sombras pútridas,
entre golondrinas cantantes.