Me gusta Buenos Aires en noviembre
cuando el viento empapela
de azul jacarandá los recovecos,
cuando sangran los ceibos
y las fuentes antiguas
desgranan su líquido misterio .
Me gusta Buenos Aires en noviembre
cuando un sol nuevo
recrea las mañanas
con medallones de oro en el cemento
y en Rivadavia y Rincón
¨Los Angelitos ¨
nostalgian de café
los viejos tiempos.
Me gusta Buenos Aires en noviembre
por más que le hagan sombra
tantos cercos.