Hoy necesito pararme,
sin entretener mis pasos
y beber hasta saciarme
mis recuerdos, muy despacio,
donde poder abrazarme,
con la ilusión del pasado,
como se añora a una madre,
como se evoca un regalo…
¡Ay, del suspiro del niño
que se perdió hace mil años,
ay, del amor que tuvimos
en platónicos veranos,
donde el verso quedó escrito
en la corteza de un árbol!
Hoy necesito pararme
para tener mi verano
en el otoño que esparce
el calor desde tus manos,
que pugnan por encontrarme
como tú y yo acostumbramos.
Hoy yo los echo de menos…
tantos y tantos “yo te amo”
que alimentaron mis sueños
desde el pozo de tus labios.
(RESERVADOS TODOS LOS DERTECHOS DE AUTOR)