Cruzó la línea divisoria.
mientras sus dedos placidos
se enredaban en un susurro de versos.
Lo llevó a un mundo sicalíptico
donde cada mañana él la esperaba.
Hoy, sin atreverse a cruzar el lumbral,
se detiene justo en esa línea divisoria
y otra vez regresa a su laberinto de flores.
Patricia Grain
Pintura : Leonid Alfremov