gaston campano

La parra y el zorzal

En la parra de la casa

entre guías y sarmientos

está colgando un racimo

de uva que no les miento.

Cada grano que tiene,

negrito y reluciendo

debe pesar un kilo,

solo de jugo virtiendo.

Tiene facha y gran porte,

cuando el sol dora sus uvas,

si parecen los espejos

donde se mira la vida.

En el extremo poniente,

debajo de grandes hojas,

vive un pampano chico

de cuatros granos benditos.

En la mañana tibia

debiendo acercarse a la seis

un zorzal de este porte,

se dió un festejo con el

racimo que colgaba

a la vista de la gente,

y ha quedado un escobajo

con tres uvas solamente.

¡Pobre racimo! decía

aquel pampano conciente,

quedó tan chiquitito

después de ser tan imponente.