Camino a la ¡Poesía!
Mirando como amanecía en mi ciudad.
Veía correr la gente a tomar su locomoción
Sus calles con hoyos, postes y árboles
Montados de letreros
Parecía, con sus ruidos un animal herido
Pero cada uno vivía su vida
Sin ver, lo que el camino veía, y;
Sin sentir lo que su alma sentía
Pero el día corría como un tren que se desplazaba
Por sus rieles brillantes
Entre praderas y cardizales
Pasando por bosques silenciosos
Sin verdes, ni hojas
Sólo con el ruido de un vagón viejo
Que chillaba sobre los durmientes de la línea
Las horas del día en mi ciudad avanzaban, y;
La gente seguía caminando sin darse cuenta
Que había un poeta observando
Sus movimientos desde arriba, y;
Mirando la ciudad con olor a poesía
Caminaban y caminaban
Sin ver, ni sentir
Sólo concentrados en sus problemas
Que en su interior sentían
Esa era la realidad de mi ciudad
En un día nublado por la niebla gris
Que la cubría.
Ahora ya ni siquiera estoy conmigo, ni sé si voy
Conmigo, en esta ciudad hundida
Y eso, hizo que naciera este camino
A la ¡Poesía!
Autor: Hernán R. Cornejo Véliz