Ateridos de frío y estómagos vacíos,
angelitos sin alas, se acercan vacilantes,
descalzos, harapientos, temblorosos, cavilantes,
requiriendo una moneda...cerebro en extravíos.
Se ven en las esquinas, con un trapo en posesión,
buscando limpiar un carro, a cambio de una moneda,
niños, que en vez de escuela, en la calle se les enreda,
haciéndolos delincuentes....¡carne de cañón.!
Es triste verlos correr entre el tráfico vehicular,
poniendo en riesgo su vida...precaria de por sí,
-palabras de JESUS: "dejad que los niños vengan a mi"
¿dónde se quedaron tantas cosas para ayudar?.
Muchos los vemos como plaga, no como a un niño,
no queremos que se acerquen...con asco los vemos,
sin saber que algún día, tal vez los necesitemos,
que son entes en desgracia y requieren nuestro cariño.
¡Ayudemos a los niños de la calle, por favor!,
prodiguemosles ayuda y muchas cosas más,
que el sufrimiento y sus lágrimas queden atrás,
todo es fácil, abramos el corazón...¡brindemos amor!
Por: Alejandro O. de León Soto´
Tijuana, BCN, MEXICO, Nov. 16/12