han-jael

Ave III


Me tomaste de la mano

y me llamaste “mi amor”;

en realidad te agradé

o fue el efecto del alcohol?.

 

Inolvidables tus ojos.

Indelebles tus besos,

deliciosos tus labios.

Tu cuerpo...!

 

No sabes cuanto desespere anhelando

conocerte al fin

y oír de tu voz el clamor

de mis caricias

y como en mis fantasías,

todo tal cual, sucedió.

 

Una experiencia maravillosa

y salvaje y yo fui dichosa.

Tenerte cerca

y de qué forma,

fue... excitante!

 

Tus manos, mensajeras de tu deseo

me estremecieron toda.

Noche loca,

de pasión y fuego.

 

Tu nombre, que bonito,

me resuena en el aire

como perene recuerdo.

Todo tú eres perfecto.

 

Yo fui tu mujer,

fuiste mi dueño.

Fue real pero todo parecía un sueño,

 una novela;

y la luna alumbraba tu rosto,

como una vela

con su brillo y su luz,

que aun cerrando mis ojos

podía ver lo bello

que estabas esa noche,

la primera, la ultima.

 

Cierro mis ojos

y sigues besándome,

acariciándome

y se enciende mi lascivia,

anhelando con vehemencia

lo irrepetible.

 

Deseo irresistible

me provoca tu perfume

que ahora es mi piel.

Búscame, yo te buscaré

seré tu objeto,

tu esclava fiel.