CARLOS ALBERTO BADARACCO

NOCTÁMBULO

 

 

 

 

A cada paso voy dejando barrio mío, un lagrimón colgado en mi mejilla,

anhelando mil suspiros que antaño te entregaba por la calle

alborozada de fragancias a jazmines y magnolias.

Zaguanes y anhelantes besos concedidos

al honor de estar amando un tiempo nuevo,

familias que nacían entre penumbras y gemidos,

tan cálidos a la noche disipando viejos ecos,

Se oscurecían los espacios con amores, fulgores

y mil estampas porteñas en arreboles.

Una taza de café humeante en cada bar

y un corazón agonizante entre  tinieblas,

faroles encendidos y un tango casi adormecido

que acompañaba los acordes de un presagio.

Un amor en cada esquina, una serenata

mil espectros que se lanzan hacia el cielo

y aquel vals que entre lejanías se escuchaba

desde las sombras de una noche pesarosa.

Las penumbras de la plaza y sus amores

armonizando con los brillos de la luna

que lanzaba mil rayos furtivos serpenteantes.

Un cielo tachonado de estrellas fulgurantes

adornaban aquel escenario de románticas pasiones.

Mi Buenos Aires querido, cuántos ecos se han perdido.

 

CARLOS A. BADARACCO

14/11/12

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