Franklin Sandi

Ha sucedido un milagro

 

 

No me avergüenza

ser hijo de la bondad

ser hermano del verbo dar

ser padre de algunas esperanzas.

 

No me avergüenza el viento

que se lleva pedazos de mi vida

pero deja

cristales encendidos

que no se puede llevar.

 

Me hace feliz

cómo aprende a sonreír

una niña

cómo

sin querer

me genera como una flor

ternura.

Y no digo más

porque las imágenes se elevan

como palomas de colores

en el aire caliente

de este cielo sin nubes.

 

No me avergüenza el dolor

que a veces siento

ni asumir como un soldado

que a veces me lastiman.

Sería peor

esconderme

o pretender que las tormentas

a veces

no golpean.

 

No me avergüenza la vida

mirada como un milagro

como una oportunidad irremplazable

para ser ángel

para llorar si quiero

para pedirte perdón si te lastimé

tanto.