Miyagui yuyatsi

3.

 

 

 

 

 

 

Su mirada está llena de adióses

y mientras sus pupilas naufragan en recuerdos,

ella me mira de reojo...

 

 

Su memoria descansa

en agua de mar, leche de ángel.

Son sus años que la llevan a todos lados

-Soñar no es una opción-

menos al mañana.

Y creo entenderla,

por eso no me entiendo.

 

 

 

Y estoy en el proceso:

de ser el fariseo de sus sueños

-Que es lo más cercano a un salvador-.

a un arrepentido barato,

-Que es lo más cercano a las náuseas, a la vida-.

 

 

 

 Llegan mensajes,

 Que ella nunca abre, por miedo a que alguno contenga mi voz.

Por miedo al miedo,

por nada.


 

Porque ella espera pacientemente que yo no espere.

Ahora que sabe-tardíamente-lo que es el amor,

que se lo dedique, a los que no han nacido;                                  

que me lo haga llegar como epitafio.

Porque cuando me brindó esos meses de inmortalidad,

entendí, lo que todavía no entiendo.