La casa está limpia,
la música que te encanta
flores en el jarrón
el agua bebida por las plantas.
Todo a media luz,
las velas apagadas,
para encenderlas una vez
que empiece la jornada,
será una noche soñada.
Tu aroma recorre como
sombra la casa,o será
la imaginación que ataca
la memoria cansada.
Sola la espera me mantiene
tan cerca de los momentos ansiados,
llueve en las afueras,
golpeando los vidrios trizados,
de ver tu silueta tan presente
a mi ventanal adosada,
y la enredadera llora las flores
de la ausencia tan dilatada.
Pronto será el tiempo
de la no tu llegada.
Y tendré en el florero
flores marchitas,
los cirios eternos,
para la íntima velada
no recibiran la luz,
que los agotaría iluminando
ambas sombras desgastadas.
La luna ya entregó su paseo nocturno,
y el sol va apareciendo
tras el monte de la vida,
aquí te esperaré,aunque
hayas iniciado tu partida.