Quisiera evaporarme en un profundo sueño,
no despertar, vivir flotando en una almoada,
sujetarme fuertemente para no caer en el vacio,
aunque donde me hayo, ya no hay esperanza.
Si llegara a desespabilarme, caeria evocado,
aludiria los motivos por cuales tengo la vida,
por los cuales mi vida ya carece de sentido,
pues,
vivo por su sonrisa, muero por su alegria.
Por el hábito del alma misma la quiero,
y al quererla, vivir, al vivir, morir en pena,
al morir, luces, y en cuanto a las luces,
amarla, forjando una nueva leyenda.
Para qué evaporarme en un sueño,
fingir el placer del que no siente daño,
hablar como si todo estuviese perfecto,
y sonreirte como si nada huviese pasado.
Alegre de mi tristeza, vivo de mis lágrimas,
brindaré por ti, en la copa del castigo,
con la pócima de la amargura probada,
recordando que en el pasado, en el olvido,
hubo una estrella que, aun adorandola,
no me supo amar.
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