No la vi entrar al templo,
solo el batir de sus alas, beso mis hombros,
no la mire, sabia que era ella ....
no hubo ecos de pasos,
de negro intenso llegó.
¡Cuanto misterio de brisa traviesa hay
en el brumoso y fragante cafetal de sus cabellos.!!
Su cintura ceñida de niña crecida,
aun le dice a la vida, que no podrá con ella, .
Y el la campana breve de su falda,
Suenan bronces de gracias,
al tañer de sus gráciles piernas.
De pechos crecidos, de sonrisa plena,
la sangre bulle a torrentes en mis henchidas venas,
Me mira de lejos, sus ojos me queman,
quiero acercarme , alguien me lo niega,
No es posible que así sea,
Los ángeles no se tocan......
Los ángeles… solo…se desean.
L.M