Solia pensar muchas veces cuando era un niño que el mundo era igual porque asi lo decian las campanas de la iglesia los domingos. Pero fueron esas mismas campanas las que me trajeron a la realidad cuando en la plaza principal de mi pueblo le torcieron la vida al campesino que penso diferente al alcalde. Fue entonces cuando corri con mis pensamientos a la otra orilla del rio para refugiarme en la otra cara de los sueños donde los arboles florecen y el mar con sus olas traen el otro sentir de vida.