Ante el espejo del alma
tu imagen se multiplica en mil resplandores,
centuplicando tu galanura,
deja ver el dulce embrujo de tus ojos.
Que cual saeta seductora,
se incrustó en las rendijas de mis
párpados,
despertando locos deseos, que
me hacen dar vueltas y más vueltas
alrededor de tus sortilegios.
En sueños ebrios de vigilia
vehemente tu silueta intento alcanzar.
En silencio aprisionarte, con un dogal
aderezado de sonrisas
bambam