Geoffrey, Tú hiciste a Zaid
el protagonista de mi infantil poesía…
Hagamos juntos un mundo feliz
en una hermosa travesía.
Tu dibujo tiene la ingenuidad,
la ternura y la inocencia
que en hermosa complicidad
complementa a mis letras.
Es tu habilidad de dibujante
capaz de captar lo necesario
para que el niño juegue y cante
inmerso en mi mundo literario.
Geoffrey, de tus manos salió Zaid
y de mi mente, su obra,
¡Gracias!, escribo para ti
con letra indeleble que no se borra.
Ya somos un trío infantil
que avanza con la inocencia en pos;
en primer plano: Zaid,
y detrás de él, nosotros dos.
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