UNA ANCIANA EN UNA BANCA DE LA PLAZA “JARDÍN DE LOS MAESTROS” , CON LA MIRADA PERDIDA EN UN PUNTO QUE QUISE DIVISAR, PERO QUE RECORRÍA TIEMPOS LEJANOS, PERDIDOS TIEMPOS DE LA HISTORIA. UNA PALABRA Y UNA MEMORIA QUE SE RESUME ANGUSTIANTE EN UN POEMA QUE NACE DE IMPROVISO, COMO EL AIRE MÚSTIO QUE SE DESPLIEGA SIN LLANTO, RESIGNADO LLANTO SIN DISTANCIAS. LUEGO. COMO DICIENDO ADIOS, SE LEVANTA Y SE RETIRA HACIA SU HISTORIA EN EL TIEMPO PERDIDO
Una lágrima perdida en aquel lugar,
se descorre como un velo de ansiedades.
Un hedor profundo de hastío y desolación,
de angustia e infamia
que se devela como henchido en hornos de muerte,
de adioses ignorados.
Desde la humanidad ultrajada,
cenizas sin nombre vuelan,
se despliegan como ignoradas
por los aires dormidos de Auschwitz
La vida culmina donde los valores mueren,
pero estos claman,
renacen en el perpetuo recuerdo de la barbarie.
"Un silbato que era un eco recóndito,
como un auxilio iracundo,
una carga casi ignorada
consignada al infortunio",
La horrible experiencia del nunca más,
“nuestro bagaje negado,
nuestra existencia despojada
estúpidamente arrebatada,
nada de nosotros”.
"Un niño allí desnudo
con un anciano en su ridícula desnudez
como azorados, abrazados
en medio del metálico sino de la muerte"
Se abre la insípida puerta del final,
los cuerpos despojados,
insipientes ardores
de recuerdos y familias
allí presentes aun en las mentes
que nunca olvidan.
Quisiera que este homenaje
sea más elocuente.
La muerte, que ronda siempre,
puede rodearnos indigna.
sofocante destino convertido en humo
que recorre los aires del mundo,
humo negro como la desidia,
humo negro como el odio
hacinados testimonios
de un momento de locura,
de inercia por impotencia abrupta,
ignorante,
desaprensiva lujuria
y regodeo con la muerte,
con la ignominia y la infamia.
Un final absurdo que alimenta
siempre a la historia,
la cruel historia del hombre bestia
que llevamos dentro.
CARLOS A. BADARACCO
14/01/11
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