Para Alejandra que en paz descanse...
Se ha quedado la vida contemplando el horizonte,
se ha quedado difusa mirando
como se tuercen las aves
amarradas a un vuelo
sin destino, un vuelo manchado de sangre
sobre la tinta ahogada de un grito,
tenue y suave, discordia y quebrada
sobre el exilio de los vidrios, -cortante las palabras-
heridos en la piel,
de
la
oscilación
de
un
pecho
aturdido
por la caída de un beso amargo,
agrio espera el vacío,
ácido espera el silencio,
muerto esperan las manos alcanzar al gigante de helio,
agonizando espera el oxigeno.........., tatuado del viento
acotado en la decadencia de verse perdido
entre todo el hastío de una noche
fermentado en las frutas
de sus páginas en recuerdo
arrancadas con ahínco
por el libro del olvido
ya cuando el día se arrebata de colores
oprimiendo su desvelo por la llaga
escrita en sus sueños...
Y duele! se dice una palabra muda,
duelen los silencios,
y también el cuerpo
duele quedar atrapado en el abismo
como no salir mirando la lluvia fuera
gestar pedazos de lo que alguna vez fue la realidad,
duele contemplar el horizonte..........
viendo alejarse la vida
viéndola de entre las aves
torturadas
a un tiempo asesino
duele perderlas de entre la noche
borrándose de entre la oscuridad
duele! duele! duele!
borrarse
mi
rostro
de
entre
la distancia
¡Quebraja la ventana del alma!
quebrajado mis ojos..., y parte de estas vanas palabras,
como
pañuelos
de
la
brisa
abrigan el pésame de mis párpados
cerrándose
mis
manos
dobladas
con el concilio de un vuelo
en
la
caída
de
mi
turbia
expresión,
cuando ya me ajeno a todo lo interno
ya me despido, con un beso traicionero
me despido de mi cuerpo,
me dejo......., y agonizo...,
en
la
pérdida
de
borrarme...
Al verbo de los adjetivos crueles... ¡Muero...!
Jhoel Pharra...
He perdido la lógica del tiempo y
también he perdido la ciudad de las lágrimas...