La botella de agua
le dijo a la de cloro;
tú y yo somos hermanas
y ambas valemos oro.
Yo con mi noble pureza
puedo la sed calmar
y tú sirves para limpieza
y para desinfectar.
Esas estrofas rimadas
para el disfrute de todos
fueron hechas para el agua
y hechas también para el cloro.
Líquidos transparentes
para muy distintos usos;
mis estrofas como siempre
les brindo con mucho gusto.
Alejandro J. Díaz Valero