El hubiera huele a ti, sabe a ti,
habla como tu, piensa como tu,
siente como yo, es eterno,
es tranquilo y a la vez es tan hábil, tan lejano.
El hubiera está plagado de promesas,
de sueños, de risas y de llantos,
el hubiera a tu lado se veía sereno,
amable y a la vez extraño,
en tus manos carecía de anhelos,
el hubiera se perdió en el aire,
se quedó en palabras,
nuestros "hubiera" se separaron en algún momento
y ya jamás se encontraron.