Si abrieras para mi la cortina de tus ojos,
saltaría al vacío de tu iris color caramelo.
Si me prometes un abrazo, planto un cerezo,
le pongo tu nombre y espero a que crezca
para unirme a ti bajo su sombra.
Si me ofreces el café de las mañanas,
velo tus sueños, celebro tus ronquidos,
maquillo mis ojeras y te doy los buenos días.
Si aceptas navegar conmigo,
desvío el Támesis hacia nuestro jardín,
del cerezo hago canoa y de mis brazos remos.
Si me incluyes en tu calendario,
a propósito olvidaría nuestro aniversario,
para enmendar tal error con pasajes a Venecia.
Si compartes mi dolor,
sobrevivo al accidente y me burlo del destino.
Si celebras mis cuarentas,
lego toda mi fortuna a tu osito de peluche.
Si el teléfono trae tu voz en estos momentos,
cierro mis ojos, beso el auricular y te canto una canción.