Escribo mi verso de prolijo viso,
un tanto huraño, un poco indeciso;
y así detalla mi alma de hielo,
bajo la tarde nublada de rojo terciopelo…,
escribo y escribo haciendo tan largo,
este verso que expresa mi sentir amargo;
escribo y escribo esperando mi muerte,
o tal vez que algún día cambiase mi suerte.
Siento y presiento mi esperanza perdida,
y es como si me castigase la vida.
Pasa mi vida hora tras hora,
y por sus sueños sin esperanza mi alma llora;
mis penas tan honda se hacen mayúsculas,
y las cortas alegrías se vuelven minúsculas.
Cuando la esperanza se vuelve plateada,
mis manos mi alma se encuentra cansada,
si acaso mi entusiasmo llega a suscitar,
es solamente al hacer mis venas palpitar,
así la alegría esconde su fachada,
y cada que la busco, se encuentra evaporada;
de nada me sirve el más ágil movimiento,
todo es en vano, porque se lo lleva el viento.
Siempre se muere la pasión excelsa,
que siento por Erika, María, o Elsa.
Se vuelve tan amargo y triste lo que siento,
que hasta de vivir, en este mundo a veces me arrepiento;
entonces me invaden las ganas de llorar,
al ver que mi vida, es soñar y soñar,
es que siempre por bien escojo,
quien hace de mi un vil despojo,
si acaso mi ser violento empleo
de entre ambos modos infeliz me veo.
Noche tras noche tan solo lloro,
por quien no me amo y tanto adoro,
siento que la sarcástica muerte me sonríe;
mientras mi sueños y esperanzas se deslíe,
cada ilusión se vuelve sola…,
muriendo como en las playas del mar las olas;
el silencio riza su negro cabello,
apagando a mi luz cada destello;
entonces en cada sombra de la noche fría,
escucho notas de rara armonías…,
va llegando a mí, inspiración, una a una,
mientras se refriega su cara la luna,
luego de dar su giro me deja en la sombra,
el cansancio me duerme en la empolvada alfombra,
tan pronto como sale el astro diurno,
se acuña en mi ser todo el nocturno;
tan solo las sombras mis pasos guía,
la ciudad está llena, y la encuentro vacía;
y aunque por el mundo voy y vengo,
tan solo tristeza en el alma tengo…
Creo que nada tendría sentido,
si es en vano mi tiempo perdido,
solo para perder naci en la vida,
por más que busco no encuentro salida.
En el jardín mustio de mi rosal,
tan solo cosecho la flor de mi mal,
todas las esperanzas que a mi vinieron,
entre las sombras del fracaso se perdieron.
No sé hasta cuando el dolor tenaz,
quizás hasta que el sepulcro traiga mi paz;
buscando para la soledad el yermo,
me encuentro enjuto delicado y enfermo;
así pasa el invierno y llega el verano,
haciendo de mi, todo esfuerzo en vano.
Que noche que soledad ingrata,
que solo legajos dolientes retrata;
solo la tinta refleja en esta hoja,
mi ser atormentado el motivo de mi congoja;
es que a veces odio el universo,
sacrifico mi mundo pulo mi verso,
así el desdén me roba la calma,
trunca mi alegría, me parte el alma.
No se para que existe la primavera,
si dentro de mi mundo agoniza entera;
la luz de mi ser se encuentra dormida,
y el tétrico futuro solo intimida,
y para que, para que la riqueza;
si dentro de mi ser solo hay tristeza,
para que la alegría en último instante,
si aun mis sueños se encuentran sollozantes;
tan solo la tristeza en mi se retira,
cuando la lámpara de mis sueños expira,
y dejare al tiempo mis anhelos destruidos,
todo lo que en la vida siempre he querido;
si acaso mi verso se llena de desvarío,
es porque tengo el alma llena de hastío;
vivir soñar todo en penumbra,
ni siquiera un rayo de sol, mi vida alumbra.
Soy un muerto en el mundo vivo,
y dentro de mi ser estoy cautivo,
mientras cargo y cargo mi pesada cruz,
todo es tiniebla para mí no hay luz;
siempre a solas meditando quedo,
que esté presente dominar no puedo;
antes de descifrar en mi vida el misterio,
prefiero la paz del fusco cementerio,
solo ahí mi desdén sombrío
quedara bojo las lozas del sepulcro frio;
se desvanecerá la causa de mi hastío,
y encontrare la paz que tanto ansío.