He soñado un camino
Entre arboles verdes
Donde los dos fundimos
Besos de azúcar y mieles.
Yo soñé un destino
Tras un océano de gentes
Y en un barco perdido
Naufragué mil veces.
Yo detuve un suspiro
Y fría, pálida, de repente
Me bebí camino, destino
Hasta que me durmió la muerte.
Yo soñé la muerte
Y en mi lecho divino
Una voz me dijo –vente-
Vente a sembrar conmigo…
Antonia Ceada Acevedo