He ahí tu espalda,
como una sombra bajo la sábana
carnal camino
de mi mano que la toca
(que la siente)
Corto es el sendero
hasta tus hombros
y hay un atajo interminable
sobre el cuello
que alude un momento mi deseo.
He ahí tu espalda, semidesnuda,
la mitad insinuante por la sábana
y la otra
cubierta por mi pecho…,
mi cuerpo a tu cuerpo lo trastoca
y mi piel en tu piel
se desmorona.
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Sergio ,Jacobo “elpoetairreverente”