Distinguida caminas
con movimientos de danza,
vestida de raso y seda
y el rojo de la aurora;
combinada en púrpura
de lirios acuáticos.
Buscas la noche
para lucir glamurosa,
la luna trasluce tu silueta
a través de tu atuendo,
en raso confeccionado,
y sombrero de ala ancha
forrado con negro encaje
y largos guantes de seda.
Te ves como te nombran,
por tu forma de vestir,
elegante y distinguida,
tu mirada arrastra el frio,
y tu sonrisa el miedo,
tu eres la catrina.
Con pasos complicados
por calles empedradas
te designaron este día
para no regresar sola;
llevas en tus manos
las velas titilantes
que miden la vida.
Gimiendo una melodía,
No tocas la puerta solo abres
alguien ya te espera,
te muerdes las uñas, pensativa
triste caminas alrededor
de ese lecho aún tibio
Las personas te perciben,
el frio cubre el cuerpo
atraes el alma y la tomas,
tarareando las golondrinas
te llevas el alma,
y el cuerpo se queda
purificándose en lágrimas.
Otra vez tus pasos
complicados regresan
por las calles empedradas,
por ahí otras almas esperan
impacientes en tu carruaje,
se marchan con el alba,
se resignan a su destino,
la faz de la luna sin brillo
se mimetiza en las nubes;
cumpliste la misión esa noche,
pronto regresaras al valle dorado
de las titilantes velas que terminan
los caminos y veredas de otras vidas.