Intenté no apresurarme porque Tú me lo has pedido
Pero si me tardo, pensarás que te tengo en el olvido,
Más como ese no es el caso hoy respondo
Y disfruta de estas letras que son todo lo que tengo…
Te diré hermano mío que tienes muy buen gusto
Pues si lees mis escritos es que aprecias el buen arte,
Pero dejemos la humildad que en esto no toma parte
Y vayamos de una vez a responder este asunto.
Lograste ver tristeza en algunos de mis versos
Y dijiste que también había en ellos alegría,
Que te duele no saber si en mis versos yo sufría,
Que te inquietas si sonrío, o si mi corazón está en pedazos.
La verdad y soy sincero, estos días no he llorado
No he sufrido en versos anteriores como piensas,
Sonrío, si, cada vez que recuerdo estar enamorado
Con el mismo corazón que aún no se hace trizas.
Confieso que mi lápiz no es mío, es robado,
Lo tomé con el tintero de la mesa de un Poeta
Y de su armario donde tantos versos ha guardado
Robé los poemas que hoy escribo en mi libreta.
Contestaré que estos versos carecen de valía
No son más que la exhalación taciturna de mi boca,
Y percibo tantas cosas que escribirlas no podría
En esta faceta de escritor donde trazo lo que toca.
Respondí a lo que me pediste no hiciera
Sin intención alguna de llevarte la contraria,
Pues de igual manera me has pedido que escribiera
Sin detenerme a pensar en retribución monetaria.
Bien sabes que no se agotan mis neuronas
Siempre dan a luz al instinto de escribir,
Sea en tardes, noches o mañanas
Y aceleran su palpitar sin poderlo percibir.
Disculparás si he respondido muy a prisa
Pero como dije antes el lápiz es robado
Lo uso a escondidas solamente si precisa
Y en casos como este el papel no está arrugado.
Ya por último diré que el Poeta Aquiles Rizo
Me heredó los versos que en su libro no alcanzaron,
El amor a la musa que en sus brazos se deshizo
Y las lágrimas que sus ojos no lloraron.