¿Será honesto?
Mira como estoy temblando
de frio, de sueño y hambre
¡Ayúdeme buen vecino!
que estoy sin donde arrimarme…
Miramos con desconfianza
a quien nos muestra ese estado
y temerosos buscamos
evadirnos de ese trance.
Olvidamos que ayer fuimos
también pobres y arrastrados;
y logramos superarnos
de ese vivir tan profano.
Te remuerde la conciencia
no ayudar a quien lo pide;
es que hay muchos mentecatos
que de limosna es que viven;
No pagan impuesto alguno;
y el producto limosnero
les queda totalmente bruto
ganando más que un obrero,
que se enfrenta cada día
al maltrato de un patrón
que quiere arrancar tu vida
por mejorar producción
Sin embargo cuando pasas
donde hay otro limosnero
das parte de tu trabajo
pensando que es alguien bueno.
Infierno.
Pasa el tiempo y sin pensarlo
somos presa del infierno;
de ese infierno que’l poeta
y un periodista algo inquieto
decidieron descubierto.
Contrario a lo que creímos
por la tradición del pueblo,
un diablo rojo y con cola
habitante del infierno
en espera de las almas
que no quisieron ser buenas,
con un tridente y candela
para que allí chamuscadas;
chuzarles ese trasero.
La sabiduría buscada
en este paseo de vida
nos ha mostrado la angustia,
la enfermedad y des-sosiego
que consigo nos inunda…
“La vejez”