Del fango (Y mira sus manos)
a las arbitrariedades del presente
(Y mira la consecuencia de ser pasado)
sus manos; su piel, y pedazos de sus ojos...,
mira desprenderse del ocaso
al fuego de la herida
cayendo lentamente
en el pantano de sus ojos
mira repatriársele el aliento
en la traición del oxigeno
llevándole la vida
(Y mira sus uñas incendiando al sol)
a tono de la radiación de un adiós.
¿Estás segura que le vas a poner fin?
Adelaida lo estás?
(Y siente escapársele la voz)
lejana se siente, su boca...!
pedazos de su corazón,
en la oscuridad de perderse en vacíos
entre un mar arpegiado de silencios;
¿Y qué es la soledad?
vivir amarrada al olvido,
entre cuatro paredes
vivir renunciando a la vida
vivir mirando el presente;
olvidando recuerdos,
vivir mirándote el rostro
como se pierde en la definición de un mar
palabra de un horizonte en llamas.
Y la lluvia no cae, ella no cae,
caigo yo, caigo al fango de mis manos
en el pantano de una sonrisa vana
pegada al cielo ahogado en silencio,
entre las sombras, entre una voz
perdida en el color de una sonrisa,
una sonrisa aferrada al adiós.
Sé necesita la lluvia para apagar la herida, sé necesita!
yo! para apagar la herida, yo!
para apagar el sol,
la luz, yo, apagándome
junto al silencio de un adiós.