¿Qué tienen los castillos, que
atraen mis nostalgias?
Si acaso una tela de araña, oculta
en la oscuridad.
Un último suspiro antes del
murciélago volar.
Torres con vistas a los jardines
colgantes,
un corazón galopante de caballeros
feudales,
banderolas anunciando que el sol ya
nació.
Besos olvidados en las escalas en
caracol.
Paredes, piedras, paralelepípedos fríos
abandonados.
Ahogando sentimientos en la fosa
verde y fría.
¿Qué me atrae, subir a la torre y mirar
el mar?
Un puente elevadizo que se cierra ante
mis ojos,
Corredores oscuros, ocultan la
historia sórdida.
Pasillos encadenando el pasado oculto
y negro.
Frío, sombra, dolor incertidumbre,
soledad.
¿Qué tienen los castillos, sin
princesas?
Las torres sin guardianes de la luna ,
¿añoranzas milenarias tal vez?
Una estrella fugaz dirigiendo un coro
de estrellas.
Brilla, encadenada a una constelación
de besos.
Los castillos son fieles en su silencio
sin cadenas.
Cocodrilos duermen bajo las turbias
aguas del olvido.
No hay rey ni reinas para coronar los
cuentos.
Sólo castillos abandonados, un
pensamiento flotando.
Revolucio de grillos que quieren
cantar.
Afuera, canarios cantando sobre los
arboles
En el castillo, duerme la nostalgia de
un racimo de besos
y abrazos bordados en una torre de
sueños azules.
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