guillulenga

Inadvertencias

Una muchacha está sentada en una pequeña plaza. Escribe en su cuaderno con bolígrafo rojo. Un grupo de niños juega a su alrededor. Parecen no notarla. Ella los mira de a ratos. El buzón amarillo, inmenso, se encuentra en el centro del lugar. El sí pasa inadvertido frente a la mirada de tantos. O frente a la ceguera de muchos. Demasiados. Un viento minúsculo mece las ramas más frágiles de los árboles. La arena vuela arrojada por esas manos pequeñas y pícaras. Los niños ríen. La muchacha llora.