Me sobraran
las horas
si no vienes,
temeré a la fobia
por no verte
por no pasar
junto al arco
donde cupido
lanza tus besos.
Me faltaran
violetas
en los ojos
y en cada
despertar
habrá un volcán
que se resbala
por mis sienes,
sosteniendo lava
de placeres.
Girare al sol
o le daré la espalda,
mientras el glaciar
de lo absurdo
me servirá de boca
y besare
los minutos
que sin olerte
me tocan.
Sin volverme
para mirar
tu cara,
seré el rió
que te toca,
la mitad del cielo,
tu única sombra
todo el ayer
que guardo
entre la ropa.
A los días
les recortare
minutos,
despegando
entre auroras,
los dejare
desnudos,
completamente
a solas.
Viviremos
eternos
despertares
cuando cierre
los ojos,
y pueda sentirlos
como eclipse total
que al mirarte
desaparecen,
como los sueños
como la eternidad
con tu cuerpo
y mi cuerpo
amándose
en libertad.
Ana@ocaña