HISTORIA, DE UN HACHO REAL, QUE ME DEJO HELADA, EL ALMA
Y la niebla me acechaba, una idea bloqueo mí mente y la depresión entro, de lleno en mí
Me iba ha estallar, en segundos todo paso, era un sueño, un ruido muy fuerte, me despertó
Me levante de la cama aturdido y me dirigí al baño, me lave la cara pero, no me hizo efecto
Aun seguía igual, dentro de mí, yo mismo me repetía, que algo extraño me estaba, ocurriendo
Eran las dos de la mañana y sin hacer caso, me acosté otra vez, encendí el radio despertador
Y escuchando música me quede durmiendo otra vez, al día siguiente todo empezó con normalidad
Por esto no hice mucho caso, á lo que me havia ocurrido la noche anterior y tras las costumbres de rigor
Me dirigí al trabajo, el cielo estaba nublado, amenazaba lluvia, en el trabajo le comente á un compañero
Lo que me havia pasado en la noche pasada, él reacciona como incrédulo no creyéndose nada
Lo que me hizo cerrar el caso de momento, pase le tarde muy distraído en el centro de trabajo
Termino la jornada y al llegar á mí casa, todo eran ruidos por los juegos de mis, adorables hijos
Y la alegria de mí mujer, esto me hizo pasar une velada agradable, vimos la tele un rato y nos acostemos
Más tarde entrada la madrugada, cuando mi cuerpo se abandono, al sueño algo me estaba ocurriendo,
Algo ó alguien extraño me estaba abrazando todo el cuerpo, muchas manos así lo recuerdo y así, me paso
Me estaban acariciando la cara los hombros y todo mi ser, se estremeció al mismo tiempo me desperté
Y solo la luz del despertador pude ver, pero alguien seguía sin parar abrazándome, fue entonces cuando
Aterrorizado, encendí la luz y me dirigí á la habitación de los niños á decírselo, á mí mujer
Pues por causa de mi hijo Modesto que se desvelaba, ella dormía algunas noches, en su habitación
Pero al ver que estaba muy dormida, no quise despertarla,
Con mucho miedo me dirigí otra vez á mí habitación, pero esta vez deje la luz encendida
Muchos pensamientos pasaban por mi mente, pero uno solo me hacia titubear, si pudiese ser, mi Padre
Fue algo muy extraño, yo lo intuía, tras un largo rato y al ver que no podía conciliar el sueño de nuevo,
Yo mismo me auto convencí y con el pensamiento, como si estuviese hablando
En voz alta, con el pensamiento dije estas palabras ¡si eres tu Papa, entra en mí!
Si es lo que quieres y entonces apague la luz y rece un padre nuestro, á la animas benditas
Pero entonces me quede con la mirada fija en la luz del despertador y de pronto cuando seguía en mi mente
Repitiendo, si cesar las mismas palabras, si eres tú Papa entra en mí si es lo que quieres ó necesitas
Abrázame que yo te quiero y siempre estarás dentro de mí, fue entonces cuando aterrorizado
Y el mismo tiempo llenándome de alegria,
Los abrazos empezaron de nuevo, expansionados por todo mi cuerpo y está vez, si estaba casi seguro que era él,
Mi Padre, que quizás me estuviera pidiendo perdón por algo, aunque no sé por que, Padre de mí alma
Todo pasó durante una media hora y me quede dormido, de nuevo
Pero estoy seguro, que aquélla noche, el alma de mí Padre, se poso dentro de mí ser
Y aunque desde aquel día, no me ha vuelto á suceder, nada parecido, sobre está historia real
La cual, estoy narrando sobre estas líneas explicando, todo lo que me paso, real mente sin más
Estoy orgulloso, de que mí Padre, haya elegido mi cuerpo, en ese momento para posar su alma en mí,
Su hijo Modesto el mayor, al que tanto castigo por sus creencias, de que tenia que ser perfecto y bueno
Es de que estaba despierto y algo ó alguien invisible, abrazo todo mi cuerpo sin parar durante más, de una hora. ,
Unos días más tarde se lo comente á mí Madre, con timidez por que pensé que ella se iba, á reír de lo mío
Y me diría que estaba desvariando y cuando le dije lo que me ocurrió, me quede un rato como paralizado
Pues me dijo, que ese día y sobre la misma hora, estaba cosiendo á maquina, en el patio
Y le dieron dos golpes en la espalda ¿tu que piensas hijo mío? Y me quede sin poder darle ninguna respuesta,
Pero entre murmullos diciendo, gracias Mamá por entenderme, en este divino paso, por la vida
Que me dejo como aturdido, al no saber comprender, muy bien está historia vivida, un día de septiembre, de 1985.
MODESTO RUIZ MARTÍNEZ/ 18 DEL 10/ DE 1985