Bajo el negro velo del inmenso cielo
Vientos de furiosa frialdad le rodearon
y estallo el corazón en desconsuelo
que podía pedir al limbo que la fuerza para seguir
Ni la luna se apareció en el instante
para contemplar su frenesí
la soledad inundo su alma
en las venas corría su desesperación…
otra vez cayeron sus lagrimas
Nuevamente se sintió la displicencia
Su sonrisa quedó al revés
y la almohada fue su única confidente
Vive sin vivir
Camina sin saber a donde
Sueña sin cerrar los ojos
ama sin saber por qué