Una canción, por señal bonita se llama el monte del olvido. Me gustaría saber donde queda, allí iba para poder limpiar cosas que están pegadas en mi corazón e por mucho que lo intente pienso en demasía en ellas.
Dicen que todo pasa con el tiempo, no lo consigo. Al revés me acuerdo cada vez más. Herida, en profundad, sin saber la causa, quiero entender, el por qué.
Todos pecamos por omisión, por callar e no contestar, para evitar discusiones e muchas veces quedamos sin habla por lo fuerte que es querer abrazar e no poder.
Las personas no pueden ser como el tiempo, cambiar de tormenta a cielo azul, son como el sol “engaña pastores”,
Normal que cambien el humor eso es normal. Pero de una caricia hacer golpes traicioneros es distinto, se pierde la confianza, nos cerramos como ostras, mismo que lo intenten no hay cuchillo que las abra.
¡Es pena, mi vida podría ser tan buena! Así ando confusa, busco e rebusco, en mi manera de funcionar e no encuentro razones, para tanto engaño.
Intento aceptarlo, pues quiero continuar a vivir en paz, de consciencia tranquila, segura que nada hice de mal.
Ya llegará el día de darse cuenta de la ingratitud e equívocos que han hecho.
Quise que fuera hoy, no ya fue ayer, que ha vuelto casi todo a la normalidad.
No se han dado cuenta que me empujaran mas rápido, para junto de alguien, que me ampara, que hace de cuenta que no ve mis lagrimas para no decir nada en contra a ellos, pero sus abrazos me confortan.
No pensaran que estaban cerrado la puerta para mí.
Lo que no sabían era que no lo podían hacer.
Me pregunto, ¿Pensáis que encontraste el monte del olvido e no pensareis más en mí? Engaño, inmenso, tenéis, siempre en vuestros corazones estaré. Es la ley de la vida.
Mi madre, me contaba que en mi Tierra, en el invierno, nevaba, el ceniza de las casas de piedra quedaban blancas, el hielo colgado en maravillosos cristales brillaba a la luz de un sol que por veces aparecía. Me entraba una voluntad tremenda de ver nieve. Años estuve pidiendo a mi Padre que me llevara a un monte que tenia nieve e no era mui lejos. Un día me llevó ya tenia 12 años, e que sensación, a empezar a ver en la berma de la carretera montecitos de nieve. Bajé del coche e me metí monte adentro, mucha gente, empecé a hacer pelotitas e a lanzarlas sin destino. Al rato ya estaba jugando con otros. Una me ha dado en la cara, fría e leve, ¡disfruté tanto! Al regresar con mi piel ardiendo e roja era feliz.
Joven, solo pensaba en la belleza e sin sentir frio, sonreía al pensar como era bella la nieve. Hoy, queriendo meter mis botas en su blandura, pienso en pies pequeñitos que morados de frio dejan sus marcas en las aceras.
Todo es poco para nuestros deseos, nunca pensamos en otros que sin tenerlos, lloran por no tener derecho a soñar.
Así pasa en la vida, creyendo que cerraran la puerta que no existe, solo el pensar que la razón es suya. Oh deseo de tenerme solo para ellos. Celos, miedo de tener que compartirme con otra persona. El peor es que nunca he pasado la puerta, junto estuve siempre con ellos, su imaginación ha deturpado la realidad. Sé que ayer sentisteis mis manos e mi pecho lleno de amor, un día feliz, porque tuve todo e pregunto ¿no es bueno? A quien tanto bien quiero, ha entrado en mi piso, con la cara, alegre, mirando todo, ni rencor ni celos, solo voluntad de quedar. Gracias por la felicidad de volver a ser las compañeras de siempre.
Estoy más feliz. Mañana, se verá.
Con fuerza vamos a quitar puertas, vamos en libertad sin sentir vergüenza a sernos las tres que éramos la envidia de mucha gente. Ayer, vi nieve blanca que me calentó, la cogí en mis manos e que nunca va a deshacerse. Por fin volvisteis, yo nunca vos he dejado.
Yo soy el monte del olvido, yo soy la que dice presente en todos los momentos que me necesitan. Yo soy la que puede amar para siempre, soy aquella que seco lagrimas, que hago olvidar, momentos tristes, que tengo las manos abiertas, para todos e el corazón repartido entre muchos amores, deseos e sueños.
Si no me amáis, yo vos amo, si vos alejáis yo espero sin moverme, esperando que regreséis.
Oporto, 22 de Noviembre de 2012
Carminha Nieves