Mario Santiago

LA LUNA Y EL BEBÉ

Mi niño no quiere dormir

y aguarda, con sus ojitos nuevos

para ver la luna partir.

 

La luna, madre de los lobos y los espejos

ha venido a darnos la enhorabuena.

Y acarició la carita y los cabellos.

 

Puso en la frente un fulgor contra la pena.

Y en el azabache un lucero cegador

que, prendido en su roponcito de lana

convierte cualquier mirada en amor. 

 

Mi niño no quiere dormir.

La luna pregunta: ¿qué esperas?

Yo quiero verte partir

en tu carrusel de estrellas.

 

Tirado por osos polares

tan blancos y tan suaves.

Yo quiero saber si la noche

tiene botones o un broche

 

Para abrirse a la mañana.

Si la cuelgas en un rincón.

Si la dejas sobre la cama.

 

Si hay una o un montón

de noches iguales a ésta.

La luna dijo: mi corazón

serán muchas y de fiesta.

 

Allí quedamos aguardando

a que el niño se durmiera.

La luna y yo rezando.