Paso a paso busco la entrada a tus recuerdos,
miro con sigilo una brillante vertiente
que hace latir mi corazon con fuerza,
quiero entrar,
pero el cotidiano temor se apodera de mi mente.
Hace días, quizá meses,
que no vengo a tu encuentro amada mía,
se que reclamas mi compañía y,
reprochas la soledad sin mi presencia.
Hoy he vuelto a tu encuentro,
mis piernas tiemblan y ríos de angustia recorren mis venas,
veo tu rostro en lo profundo,
tu hermosa sonrisa perdida en el firmamento,
tu mirada amorosa clavada en mi alma.
Hoy he vuelto a tu encuentro amada mía,
tus suplicas y rezos han sido escuchados,
he recorrido el mar enfurecido para verte,
he viajado entre nubes y estrellas
siguiendo tu faro de esperanza.
Mis piernas no responden,
como muchas noches,
mis nervios pueden con mis ganas.
Sé de tu espera,
te veo bailar entre florecidos campos pero,
los nervios pueden con mis ganas.
Para las lágrimas amada mía,
mañana volveré a tu encuentro;
cobarde este amado tuyo.
Vuelvo solitario por este camino de recuerdos,
deseos reprimidos, promesas rotas,
desdicha y tristeza.
Mañana prometo dejar este limbo
y explicarte el por qué de mi ausencia.
Fui un loco sin remedio y mi vida sin ti
no tenía sentido,
entiéndelo amada mía.