(Elsy Alpire Vaca)
Después del vaivén vuelve la calma
Al espíritu que busca su aposento
Y en esa mágica espiral del alma
La tormenta huye llevada por el viento
Hay voces que a veces nos producen llanto
Al interior del corazón enmudecido
Se torna en dulce melodía de canto
Y hasta el aire parece renacido
Olvidamos los agravios inferidos
Buscando aquella paz de los eternos
En silencio se cierran las heridas
Ya no existe lo que parecía el infierno
Es poder de la mente y voluntades
Neutralizar lo que parece algún dolor
Desterrar de la vida sus maldades
Es el mandato divino del amor.