La calle que contenía
ese torreón de la iglesia
esa pileta fría
y las casas con tristezas
o demasiada alegría,
donde los niños jugaban
dando vida a ese plano.
Rodeado de cerros negros
con un gran sol clavando,
sus rayos en ese pueblo.
Que ahora se está acabando.
Lenta la máquina avanza
barriendo tantos recuerdos
esta destrozando el banco
de esta plaza muriendo,
donde la vida planto
romances,abrazos y besos.
Y esos pequeños árboles
que siempre tenian sombra,
al igual que un parasol
a esa pareja amada,
escapando de ese calor.
La puerta de aquel templo
como brazos extendidos
para recibir al creyente
en este mundo tan vivo
cayó para no volver
abrir sus barzos vacíos.