En momentos de su espera
buscando en memorias de mis hojas
en imaginarios pinceles su cara, su cuerpo
fui coloreando.
Había mezclado, cordialidad, gallardía, arrojo, franqueza, serenidad,
bondad y otras virtudes más como acento
de su Alma.
Companero de amigos que con su presencia y buen humor siempre
amena la reunión.
De hijo mimoso y demandante de atención
bajo el cuido del amor, en persona salerosa
y de espíritu valeroso se volvió.
De gustos finos y exigentes, la música clásica Claro de Luna - Debussy
de su predilección.
Amigos de animales, plantas ornamentales llaman su atención
Hijo respetuoso de la madre naturaleza en hombre de justicia se educó.
Con celos y brios lleva el timón
volcando Amor a la familia que formó.
Ahora al contemplar \" La Acuarela de mi Hijo Amado\"
me encuentro plena de dicha y satisfacción.
Luz Teresa Maldonado Domínguez