¿Poeta, eres tú?
en tu cuarto
amarillento,
fija la mirada
hacia el vacío librero,
con la cara entre las manos
y codos sobre el escritorio,
te imagino, contraída la frente,
la cabellera escasa, despeinada.
Solo
soledad,
veo en el centro
del cuarto frío ...
a viejos floreros,
marchitos alcatraces;
la ventana que no se abre;
un reloj que no da la hora;
En el escritorio de tres patas
un regadero de libros y papeles.
OH sol,
soledad!
solfa real,
con soledumbre
nota solitaria ...
podría cantar, solerte,
espero que mi solercia
me retire lo soledoso.
Callando lágrimas fugitivas
en la diáfana bóveda del cielo.