Veo a la mujer,
a la mujer
de mis sueños
enfrente mío,
cual ángel que
cayó del cielo...
Renace mi deseo
de amar,
de conquistarla
o de decirle que
desde siempre
la esperaba...
Nacarada aureola
emana su cuerpo de rosa,
intensa luz,
que solo pueden ver
los ojos
de mi alma...
Conjuro a los espíritus
celestiales
del divino cielo,
a que hagan realidad
este hermoso
sueño...
Adolfo César (NAZARENO)