Alma que transpira frio, de corazón sucumbido:
en aguas turbias y profundas del abismo del mundo,
lagrimas salada que mojan los labios en una boca serrada,
sonrisa atrapada que no saldrá por nada ;prisionera de la vida.
Heridas profundas que parecían curadas pero siguen sangrando,
Fuerzas debilitada por tantos tropiezos; que parece tendida, en la calle,
Esperando que algún milagro en su interior la levantara,
Y volviera a ser la misma que fue antes de tener tantas heridas.
Capullo de flores en sus manos temblorosas que pierden la frescura,
Pues su alma tan fría triste y oscura le roba su belleza pura,
Capullo que pierde en el viento su aroma y sus pétalos rojos,
De pación y locura se tiñen del color de la melancolía.
Cascada que bañan a esa alma que transpira frio con el roció,
Tratando de lavar las panas le sirve de abrigo en el abismo,
Carisias que alivian sus heridas con el agua que cae de lo alto,
Como bendita desde el cielo viene a curar a un alma herida por la vida.