Mujer de mar, espuma que acrecienta,
imponente y volátil criatura,
de palabra precisa , predecible,
indomable mujer, de gran altura.
Mujer que se respeta y viceversa,
respaldada de sueños y premura,
inundada de llantos y de risas,
romántica amalgama sin censura.
Mujer que se desvela y que sueña,
que pasa del desquicio a la cordura,
formidable y sutil, mujer ardiente,
voraz desde la cima, a la llanura.
Sandra Ignaccolo.
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