En esta paupérrima miseria
Suplico por migajas de tu amor
Mi corazón macilento
Con vestidura harapienta
Mendiga un cariño que no puede tener…
En esta historia soy un bardo enamorado
Que se alimenta de algún beso que cae al piso,
Donde mis ojos perecen día a día
Por el faltar de tus bellos ojos claros…
Con mis labios resecos
Sedientos de tus mieles,
Saboreo el pasado que una vez
Empapó el deseo de mi boca
Y no encuentro la dulzura que existió
Porque todo me sabe a nada…
Y sigo mendigo de amor
Caminando entre aceras repletas
De los sueños que no se hicieron realidad,
Viviendo la pesadilla de empobrecer a diario
Necesitando un mendrugo de tu amor.